La amante de Rex - Capitulo 3 - Fin
El amanecer se filtraba tímidamente por las persianas mal ajustadas de mi humilde departamento cuando los primeros rayos de luz acariciaron mi piel desnuda, revelando las marcas de una noche que jamás podría confesar a nadie. Rex yacía a mi lado, su poderoso torso dorado elevándose y descendiendo con una calma que contrastaba brutalmente con el torbellino de emociones que sacudía mi pecho. Su aliento cálido rozaba mi hombro desnudo, y el simple contacto hacía que un escalofrío de vergüenza y excitación recorriera mi columna vertebral. Había cruzado un umbral del que no había retorno. La Culpa y el Deseo Los primeros días después de aquella noche inicial fueron un infierno de contradicciones. Me despertaba sobresaltada en medio de la noche, con las sábanas empapadas de sudor y mis dedos enterrados entre mis piernas, soñando con aquella lengua áspera y aquellos empellones animales que me habían hecho gritar como nunca antes. Durante el día, evitaba mirar a Rex directamente, ...